Choloma, Honduras. Existen historias que inspiran, que motivan y nos son ejemplo de esfuerzo y perseverancia; esta es la historia de vida de Jessica, una madre de familia de 35 años, proveniente de la comunidad de Choloma, una mujer incansable y esforzada que vive mostrando con su vida, el verdadero significado de la palabra servir, siendo un gran ejemplo no solamente para su hija sino también para su comunidad.
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“Ella es mi motivación”. Expresó su hija Karla de 18 años, quien muy emocionada nos comenta como su madre desde muy pequeña la ha involucrado en las causas sociales, apoyando a muchos niños y escuelas de la comunidad, trabajando juntas por hacer la diferencia y dejan huella en la vida de los niños más vulnerables.
Mientras Karla crecía, la historia de vida de su madre la inspiraba a salir adelante, pues Jessica, quien trabajaba y estudiaba para darle lo mejor, también le enseñó a esforzarse y ser agradecida sirviendo a aquellos que no han tenido las mismas oportunidades que ella, como ser muchos de los numerosos niños de su comunidad, que se han visto obligados a trabajar para mantener a su familia, debido a la situación de pobreza que enfrentan en sus hogares.
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¿Cómo ayudaron a la comunidad?
Ante la necesidad en la que se ven envueltas muchas familias Jessica y Karla decidieron ser en su comunidad, voluntarias del preescolar y formar parte del Comité Local Contra el Trabajo Infantil (CLC). A través de este comité, trabajaron arduamente para que los niños regresaran a la escuela, motivaron a muchos padres a reflexionar sobre la importancia de la educación para sus hijos y les apoyaron con útiles escolares. El equipo del comité acompañan a los padres para inscribir a los niños en la escuela y hacen un seguimiento de sus tareas, su asistencia e incluso sirven como tutores.
Jessica y Karla creen que muchas cosas han cambiado en la comunidad. “Hemos visto a muchos niños terminar su educación primaria gracias al apoyo de los proyectos. Sé de adolescentes que han terminado sus estudios y ahora tienen trabajo gracias a eso”, afirmó Jessica. “Muchos padres han cambiado su mentalidad con respecto a la educación de sus hijos”.
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Después de mucho esfuerzo tomando hasta 3 trabajos, Jessica obtuvo recientemente un título universitario en Educación y continúa sirviendo como maestra voluntaria. Karla ahora sigue el mismo camino, ya que ambas saben que la educación es la herramienta indicada para erradicar el trabajo infantil en las comunidades más vulnerables, porque ¡Con educación su futuro brilla más!
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